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domingo, 15 de junio de 2008

Margen de error


El día que finalmente decidí salir de la casa tu llorabas. No había tristeza ni pena, solo llorabas y eso no significaba nada. A veces pasan cosas muy grandes, que se supone deben ser las mas importantes, pero en suma no significan nada. A veces es bueno llorar, otras veces es malo. Nunca se sabe, porque estas cosas no vienen programadas, si no que aparecen en la cara como advirtiéndonos de algo.

-Me voy a llevar mis cosas durante la semana. No soporto estar en este lugar ni un segundo mas.

-Te entiendo.

-No.

Te miro otra vez y no se porque te trato así. Siempre tengo respuestas amables, sonrisas falsas y bromas que llenan el espacio vacío de mi propia indiferencia. De todas maneras es la misma indiferencia la que me llena, ya que de ahí –de ese gran margen de error- descubro las cosas mas importantes, aquello que uno no anota nunca, aquello que aparece. Ahora en cambio, no había nada.

Yo no te conocía, solo compartíamos esa casa por casualidades. Pero ambos compartíamos la consternación de ese horror. Ya nada seria igual.

4 comentarios:

ara! dijo...

Llevo un rato tratando de redactar algo, de ordenar mis ideas con respecto a tu margen de error...iba a abandonar la misión, pero odio la indiferencia.

Anónimo dijo...

Bueno... La verdad es que se me cayeron algunas lágrimas leyendo esas palabras que unidas forman un cuadro muy real, pero a la vez muy simbólico... de todo lo que está pero no está... de la indiferencia...

O.N. dijo...

na q ver weon!
no taba llorando... taba con el manso resfrío! así que no malinterpretes las weas.


ve mi blog.

chau

Francisco dijo...

Sapo culiao.....que eres mas jeton!
para de resfriarte...si la huea era seria...
razón tenia de irme!


que ere jeton!

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