Se acabo la comida de los últimos elefantes. Se miraron desconfiados y tomaron todas sus pertenecías. Unas latas vacías, cigarrillos baratos, ramas comunes y una piedra en forma de humano.
Caminaron tres días más y enterraron sus sueños. Se fumaron los cigarros, olvidaron las latas, comieron de las ramas y se pusieron sus trajes. Olvidaron su vida en Serengueti y se internaron en la ruidosa Dodoma. La roca nunca la olvidaron.
Algunos días se sientan sobre ella.
whiskey de dios
Hace 5 años
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