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lunes, 12 de mayo de 2008

El reloj mental y los perros imaginarios

Me gustan los perros y el tiempo, los primeros por su bondad infinita y lo segundo por ser una idea demasiado loca. Me encanta que muevan la cola cuando están felices, es tan fácil y tan expresivo. Me gusta cuando perciben cosas que están mas allá de su comprensión perruna. Ponen caras y tienen personalidades, hacen cosas o están ocupados. Corren y hacen tramites, hasta incluso a mas de alguno le gustan los relojes. Ellos funcionan solo con relojes mentales, porque los otros les irritan su pelaje. Se ponen de acuerdo una vez al año, en su propio calendario perruno, a que momento del día van a llamar las 11:00 p.m –hora mágica para los perros, no pregunten- para de ahí en adelante echar a funcionar sus relojes mentales.

A mi me encantaba el Rex –mi perro de la infancia- porque era el ser con mas corazón que yo conocí. Estoy seguro que el no se preocupaba ni siquiera por su reloj mental, sino de poner cara de pavo sonreírme y jugar conmigo.

Quizás esa fue su enseñanza para mi.
Cuando viene el reloj a mi mano, le hago un amague moviendo la cola.
Luego sonrió y pongo cara de pavo.


3 comentarios:

O.N. dijo...

muy lindo el post wn!

mi perro es raro, mueve harto la cola... y me tinca q aparte de su reloj mental... tb tiene su realidad mental, aparte de esta.

¿sabes algo de esto?

Anónimo dijo...

que manera de scribir mariconadas

Renato dijo...

Al bartolo no le importa la hora.

Simplemente duerme todo el día

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