Sobre el demonio, nada conocían. Solo actuaban por contrarios; eso lo habían visto en la televisión.
Cuando llegaron a la casa del papa de Nico, el aire se empezó a poner mas turbio. Quizás fue esa extraña sensación de estar a un paso de ser descubiertos. Mientras mas cerca, mas temible, pero al mismo tiempo mas seductor. Nico había dejado todo listo el fin de semana anterior; una bolsa puesta delicadamente en el jardín. Ahí había más agua, más comida y un poco de plata.
-Nico, si quieres yo voy, a mi no me conoce.
-No te preocupes, además no sabrías como abrir la puerta. –Nico miro a Tea, como la solía mirar - tu quédate acá, vuelvo al tiro –Tea asintió con la cabeza-.
Se acerco a la puerta, la oscuridad de la calle lo ocultaba y las luces interiores de la casa aseguraban que desde adentro no lo verían. Abrió con una copia que había sacado de la llave. Levanto la reja lentamente para que cediera, le costo un poco. Vio la bolsa y la tomo, arriba de la bolsa había un papel escrito con su letra. “No llores”. Lo lee y mira por la ventana hacia adentro. Ve a su papa, sus hermanastros y el perro Beagle que se habían comprado. Por un segundo vio todo confuso. Agarro el papel con fuerza y salio de la casa.
-No hace falta, vamos pronto.
-¿La bolsa no hace falta?
-No Nico, esas lagrimas.
Viernes Julio. 2003 10:14 p.m: Agarran la bolsa y siguen.
whiskey de dios
Hace 5 años
1 comentarios:
Tea y Nico me recuerdan a los hermanastros enamorado de The Royal Tenembauns (está mal escrito parece) ... te basaste en ellos? me gustan las historias donde parten a la nada, y conocen.
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