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martes, 29 de julio de 2008

Todo te va a quedar mas claro.


- Ojala fuéramos todos mas tontos. Así no sufriríamos.-Diste una gran fumada a tus Luckis, después te recostaste a mirar el cielo y las estrellas - ¿Cuál es la gracia de pensar todo? Siempre estas pensado en cosas; ¿Y porque hice esto? ¿Y porque dije esto otro? ¿Y porque pasa esto? ¿Y si la vida no es mas que sufrimiento? ¿O arrojamiento? ¿O destino? ¿Qué? ¿Me puse muy filosófica?- Te mire un largo rato, pensaba que esa era mi idea también y que como a ti te gusta discutir, partes de la premisa que yo no pienso eso. Sonrío (si, sonrío un poco y agarro tus zapatillas)

- ¿Por qué te ríes? vez, si fuera mas tonta no te preguntaría… si fuera mas tonta me pondría a reír contigo. En vez de eso, te pregunto y me preocupo, y no se que hacer…-

- Yo pienso lo mismo, pero ya no me asusta tanto. De todas maneras no soy inteligente, pero pienso un poco las cosas- digo eso mientras pienso que esta conversación no tiene salida, me levanto y corro hacia la orilla. En eso una ola se recoge y yo la sigo hasta final, después me quedo mirando el mar. La ola vuelve y me moja. Te miro y te grito

- Ven acá, corre. Todo te va a quedar mas claro. Todo.

miércoles, 16 de julio de 2008

Baila

Todos los personajes y lugares son ficticios. La música nos recuerda lo lejos que esta Budapest. Los colores son rojo, amarillo, café y verde. El olor en el aire es solamente Santiaguino, en otras palabras, inmundamente irrespirable. Y hoy, viento, no hay.

-¡Rómpelo!

-¡Desgraciados de mierda! ¡Es lo único que saben hacer bien!

-¡Ser un hijos de putas mal paridas!

Otra vez salíamos rompiendo un negocio. Esta vez había sido puro placer. Un camarero le dijo cosas calentonas a la Antonia y ella se enojo –Con la propiedad de enojarse que la caracterizaba- Agarramos los vasos, salimos y los tiramos al negocio.

Lo mejor era correr, porque no nos interesaba que nos vieran, solo se trataba de correr todos juntos y por algo que no tenia sentido.

Después llegamos a la casa de Juan, la cual se había convertido en nuestro centro de reuniones inútiles. Hablamos sobre lo mismo de siempre. La soberbia, la muerte, la música, el amor, el alcohol y las posibilidades de entrar a rehab. Al final, ni una conclusión, solo risas y recuerdos a medio borrar. El Manu –como siempre- dice que quiere bailar. Giramos alrededor de él y nos movemos tontamente. Después el Juan se encierra en su pieza, vamos torpemente y hablamos de cosas. Cosas es siempre todo, igual que coso, cositas o cosonas. Me gusta eso. En eso pido la guitarra –dicen porque no lo recuerdo- les digo que la amo. No puedo tocarla porque apenas puedo caminar y mis manos se mueven medio mundo después que yo.

Abro y cierro los ojos, estoy en mi cama y me alegro.

Sonrío, me tomo la cabeza. Después -solo después- los amo un poco mas.



lunes, 14 de julio de 2008

Tea & Nico IV



Sobre el demonio, nada conocían. Solo actuaban por contrarios; eso lo habían visto en la televisión.
Cuando llegaron a la casa del papa de Nico, el aire se empezó a poner mas turbio. Quizás fue esa extraña sensación de estar a un paso de ser descubiertos. Mientras mas cerca, mas temible, pero al mismo tiempo mas seductor. Nico había dejado todo listo el fin de semana anterior; una bolsa puesta delicadamente en el jardín. Ahí había más agua, más comida y un poco de plata.
-Nico, si quieres yo voy, a mi no me conoce.
-No te preocupes, además no sabrías como abrir la puerta. –Nico miro a Tea, como la solía mirar - tu quédate acá, vuelvo al tiro –Tea asintió con la cabeza-.
Se acerco a la puerta, la oscuridad de la calle lo ocultaba y las luces interiores de la casa aseguraban que desde adentro no lo verían. Abrió con una copia que había sacado de la llave. Levanto la reja lentamente para que cediera, le costo un poco. Vio la bolsa y la tomo, arriba de la bolsa había un papel escrito con su letra. “No llores”. Lo lee y mira por la ventana hacia adentro. Ve a su papa, sus hermanastros y el perro Beagle que se habían comprado. Por un segundo vio todo confuso. Agarro el papel con fuerza y salio de la casa.
-No hace falta, vamos pronto.
-¿La bolsa no hace falta?
-No Nico, esas lagrimas.
Viernes Julio. 2003 10:14 p.m: Agarran la bolsa y siguen.

lunes, 7 de julio de 2008

Tea & Nico


Tea y Nico eran satánicos. El día que se murió el perro que cuidaban entre ambos, decidieron pensar que no podría existir bondad ni dios en el mundo.

Tea pensaba que cada vez que salía el sol, se prendía una luz enorme en la pieza de alguien mas grande, le gustaba su patio, los girasoles, el color verde, el puré de papas y cantar mientras corría. Nico era mas reservado, no le gustaba dormir con la luz apagada, siempre ocupaba una gorra roja, era vegetariano -pero no por opción-, blanquísimo y no soportaba que alguien lo mirara a los ojos durante diez segundos.

Su amistad se resumía en sus actos; un día se habían visto en el colegio caminando por el patio. Nico caminaba con su lupa buscando hormigas para quemar y Tea estaba enterrando el dibujo de una semilla de girasol para que saliera un girasol dibujado. Se miraron y guardaron secreto sobre lo que hacían, desde ahí en adelante su amistad consistía en guardar silencio. El silencio, sin saber motivos, siempre es repudiado. En este mundo, era la clave para sostenerlo.

-Estoy listo –Nico la miraba como siempre- ¿Vamos?

-Yo también, traje una radio. Además robe unos cd´s de con música de mi papa. – Levantaba el cd en alto, donde solo se leía Velvet- creo que los escuche una vez, son entretes.

Dentro del carro de supermercado había: seis naranjas, dos mochilas iguales con ropa, cinco litros de agua, dos almohadas grandes, un cuaderno, una bolsa de dulces, apios, chewis, pasta de dientes, jabón, aerosol y dos cascos. Pensaban escapar de sus casas y recorrer santiago bajo sus propios ojos, el viaje era la única vía para volver a sus casas nuevamente. Habían dibujado un mapa que hacia un circulo en zig-zag por Santiago. Seria duro para dos niños de 8 y 9 años. Pero eso no importa, eso, es lo de menos.

Martes julio de 2003 10:30 a.m: Se ponen sus cascos y parten.

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